Microsoft no ha aprovechado el balón botando que le había dejado Sony. Su Xbox Games Showcase nos ha dado alegrías, pero esperábamos mucho más.

Las cartas de Xbox Series X ya están encima de la mesa. Microsoft ha celebrado su evento digital Xbox Games Showcase y mostrado la artillería de su nueva consola. Tiene buenas balas, aunque el arma se ha encasquillado más de la cuenta.
Me sabe mal empezar así, pero el Xbox Games Showcase me ha defraudado. Llegaba al evento digital con la expectación por la nubes, pero a medida que han ido pasando los minutos me ha bajado hasta tocar fondo.
No quiero que me malinterpretéis. Se han visto buenos juegos durante su hora de duración. Halo Infinite me ha devuelto la fe en la saga, y se ha visto pequeñas retazos de grandeza, pero si se trataba de vender una consola, no lo ha hecho. No obstante, Microsoft hace tiempo que cambió sus planes. Va a vender una consola, sí, pero en realidad el evento no trataba de eso. Xbox ya no está vendiendo una consola, está vendiendo un servicio. Si no tienes PC, sacan uno «baratito» para conectar a la televisión. Si tienes ordenador, Game Pass te espera a golpe de clic.
Halo vuelve a ser Halo
El esperado Halo Infinite abrió el evento. Técnicamente no demostró estar en una liga superior, pero parece recuperar las sensaciones perdidas de la franquicia. Al menos hasta que después del evento te enteras de que será un ‘game as service’. Halo se convierte en Destiny. De locos.

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