La semana pasada nos sentamos varias horas para vivir una aventura en Horizon Zero Dawn. La partida de varias horas y múltiples misiones es la mayor inmersión que haya hecho nadie en el juego, aparte de unos pocos afortunados fuera de Guerrilla Games, desde que se presentó en el E3 2015.
Nuestro tiempo con la demo se dividió en dos partes de aproximadamente la misma duración. En la sesión de la mañana nos ocupamos de las horas iniciales, y por la tarde jugamos varias misiones y algunas horas del desarrollo principal del juego. La separación, según nos explica el estudio, es para evitar desvelar la trama.
A pesar de que estos arcos narrativos preliminares nos dejaron con ganas de más, ha sido nuestro vistazo cronológico más coherente a la historia hasta el momento. Vimos a una joven Aloy descubrir la tensa relación con la tribu que los ha marginado a ella y a su guardián, Rost, y luego un breve vistazo a las ruinas sumergidas de un antiguo mundo de alta tecnología y la violencia silenciosa que hay tras la muerte de sus habitantes. Esto último revela desconcierto. Intrigas. Preguntas sobre un fin del mundo que perduran mucho después de que la sesión haya acabado. Pero las respuestas tendrán que esperar hasta el lanzamiento del juego. Más que anticipar los eventos que dan forma a la vida de Aloy y ponen en marcha su misión épica por los cuatro confines de la Tierra, ho...