Sí, lo admito. El entrecomillado está puesto adrede. Porque la mayoría de los medios hablan de gameplay cuando deberían hablar de su ausencia. Y es que en treinta y cinco minutos mostrados de Beyond: dos almas uno puede contar con los dedos de una mano las veces que interviene en las largas secuencias de vídeo. No sé qué os parecerá pero en mi caso creo que David Cage, el mandamás de Quantic Dream, cayó en el medio equivocado. El caso es que en esto de los videojuegos el grado de interacción en tiempo real importa, y su frecuencia, también. Cage no parece haber captado el meollo del asunto y sus mecenas en Sony tampoco. Así que este octubre parece que, a nuestro pesar, nos deleitarán con más de lo mismo visto en Heavy Rain en cuanto a jugabilidad: limitadísima y sin apenas interés una vez superado el juego.
Según Cage, Beyond: Dos Almas tendrá una duración de unas diez horas así que si en media participamos unos tres minutos...no me pidáis que haga la regla de tres. El caso es que yo no acabo de ver dónde demonios está esa revolución emocional tan cacareada por este señor. Para gastarme un riñón en una peli que me permite intervenir de tanto en tanto para beberme una sopa de sobre, rascarme la nariz o vagar cual ente paranormal tirando cubos de basura para mosquear al personal pues qué queréis que os diga. Una buena peli en Blu-Ray se puede encontrar por unos diez euros y repantigado en el sofá uno se queda como Dios que, a fin de cuen...