El cambio climático y el impacto medioambiental es uno de los factores que más preocupan mundialmente y es que, pese a que tendremos que esperar muchos años para ver un gran cambio real, cada mala acción y práctica van sumando día a día, es por ello que compañías como Microsoft -entre otras- han decidido en estos últimos meses tomar cartas en el asunto reduciendo sus emisiones de producción, así como despidiéndose de ciertos materiales para crear sus consolas y permitir que estas estén fabricadas por carbono neutro.
Pese a ello, y según han informado desde un apartado de The Games Computer Journal, estas medidas no serían suficientes de cara a las nuevas generaciones de consolas y la propia comunidad tendría que poner más de su parte para reducir dicho impacto. Tras una larga investigación de la mano del Laboratorio Nacional Lawrence Berkeley de alrededor de hasta 37 dispositivos diferentes, los científicos se han topado con grandes conclusiones como la de que el consumo energético aumenta notablemente si jugamos a juegos en la nube a diferencia si lo hacemos en formato físico y que solo en Estados Unidos el consumo eléctrico anual en videojuegos es de 5 mil millones de dólares, suponiendo el 24% de la electricidad residencial a nivel nacional y hasta 24 Tm anuales de emisiones de dióxido de carbono, algo muy parecido a 85 millones de refrigeradores conectados o a las emisiones de más de 5 millones de vehículos, una cifra muy preocupante.
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